CINE, ARTE, NUEVOS MEDIOS

miércoles, 26 de enero de 2011

La mirada del espectador


El excelente programa radial de France Culture Les nouveaux chemins de la connaissance, dedicó en setiembre del año pasado una semana al tema del arte contemporáneo. La semana se inició con el tema de "La mirada del espectador", para lo cual participaron el filósofo Christian Ruby y Eric Mézil, director de la Collection Lambert del museo de arte contemporáneo de Avignon.

Transcribí los primeros quince minutos del programa, en el cual tratan los temas de la pedagogía y el arte contemporáneo, la censura y el alcance del término "arte contemporáneo".

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Raphaël Enthoven: Comencemos por lo más embarazoso, es decir por el indeciso a quien no le gusta el arte contemporáneo, a quien le enerva o, peor aún, quien no siente nada al respecto, pero quien se siente honestamente dispuesto a cambiar de opinión o dejarse convencer y seducir. Aquel que dice no apreciar el arte contemporáneo suele enfrentarse a tres objeciones cuyo valor y pertinencia me gustaría que examináramos juntos.
Objeción número 1: “A usted no le gusta el arte contemporáneo porque no sabe nada al respecto”. Muy bien, pero ¿qué vale un arte que requiere que sepamos algo al respecto para que nos guste?
Objeción número 2: “No existe un arte contemporáneo sino varios… quizás una infinidad”. Muy bien pero entonces ¿qué es el arte contemporáneo más allá de la yuxtaposición de obras que pertenecen a una misma época?.
Y finalemente, objeción número 3: “A usted no le gusta el arte contemporáneo porque es un reaccionario”. Evidentemente el argumento más débil, que nos recuerda el de los marxistas que llamaban pequeño burgués a quienquiera que no adhiriese a la lucha de clases.
Christian Ruby, Eric Mézil, ¿qué valen según ustedes estas objeciones y cómo se puede curar de su ignorancia y su dogmatismo o simplemente de su hartazgo, al espectador escéptico del cual yo sería acá el portavoz?

Christian Ruby: Primero no creo que se lo tenga que curar, creo que habría que interpelarlo (NT: o interrogarlo)….

Raphaël Enthoven: Nadie dice que el anti-contemporáneo [NT: El locutor emplea la palabra “mécontemporain”] esté enfermo….

Christian Ruby: exactamente, además se trata de argumentos que son bastante odiosos y que hemos visto repetirse a lo largo de la historia. Pero yo interrogaría a esta persona acerca de tres puntos:
Primero: ¿De qué hablamos cuando hablamos de arte contemporáneo?
Segundo: ¿A qué se refiere cuando habla de su posición de espectador?
Y tercero: ¿Cómo podría cuestionar su propia formación?
Esas serían tres respuestas inmediatas que me parecen decisivas.

Eric Mézil: Como director de un museo, esta pregunta me preocupa particularmente. Hablaremos mucho sobre la información. Yo trabajo mucho a partir de la idea de que… por ejemplo, en Avignon donde tenemos una colección de arte contemporáneo extremadamente radical: arte minimalista, arte conceptual, puedo decir que a priori las personas no entienden nada, y sin embargo poquísima gente se queja porque lo acompañamos todo de un trabajo pedagógico, un trabajo de talleres, de encuentros y conferencias, que hace que las personas se adhieran cada vez más, así que no me inquieta el tema demasiado, a pesar de venir de un museo de provincia en donde en un inicio fue muy difícil y muy lento mover las cosas.

Raphaël Enthoven: entonces ustedes dirían que la formación y la pedagogía son elementos decisivos en cuanto a la relación con el arte contemporáneo.

Eric Mézil: para mí es decisivo y hay otra cosa más, en tanto responsable de una institución, es importante encontrar ciertos ejes. Por ejemplo todos nos hacemos preguntas acerca de la censura o preguntas acerca de la obras eróticas, o ese tipo de cosas. Desde hace diez años que trabajo en museos, hay una frase que tengo siempre inscrita: “queridos niños, algunas de las obras podrían chocar a sus padres” y hace que todos se rían y que no lo tomen todo tan en serio. No es una provocación sino que creo que las cosas son más sanas así.

Raphaël Enthoven: Claro, una exposición de Larry Clark acaba de ser prohibida […] prohibida a los menores de 18 años. ¿Esto le parece chocante?

Eric Mézil: Si el alcalde de Avignon me pidiese eso a mí, yo renunciaría en menos de una hora.

Raphaël Enthoven: ¿Es decir que una exposición que muestra adolescentes inyectándose, practicando sodomía, con el sexo erecto, todo eso ante un público de niños…? Digamos que soy el padre de un niño de 9 años, a usted le parecería normal que yo llevara a mi hijo a ver ese tipo de exposiciones para su propio interés.

Eric Mézil: No creo que esa exposición sea interesante para un niño…

Raphaël Enthoven: Entonces el criterio es el interés y no la eventualidad de chocarlo o….

Eric Mézil: Larry Clark es un gran artista que se inscribe en una historia: la historia de la fotografía. Nosotros tenemos obras de una contemporánea de Larry Clark, Nan Goldin, que son igual de violentas, y Andrés Serrano que ha hecho una serie entera llamada History of Sex, y le puedo decir que es bien difícil. Cuando organicé una retrospectiva de Serrano, la primera en Francia, no había manera de que yo la censurara…

Raphaël Enthoven: no me refiero a que usted se censurara a sí mismo, ¿pero que vinieran clases de colegio?

Eric Mézil: Por supuesto que para esta obra de Serrano, en esa sala aconsejábamos que lo profesores no llevaran a sus alumnos. Se puede aconsejar sin prohibir. Y creo que hay un sentido común que se establece, ya sea entre los padres y sus hijos, o con los profesores con los cuales trabajamos [... ]

Raphaël Enthoven: volvemos entonces al tema de la pedagogía, a la importancia de la formación.

Christian Ruby: en la medida en que esta exposición no es un tipo de exposición, no se va ahí para ver sexos erectos sino la obra de Larry Clark que se enmarca en una problemática particular, además que nadie está obligado a ir a verla, y menos aún a verla sin estar preparado. La objeción que se ha hecho estipula a un espectador puro que de repente es empujado al interior de un espacio en el cual hay tal o tal cosa, y que se encontraría desnudo y enfrentado a algo. Pero no se trata de eso, y confío en que mis colegas preparan las visitas a las exposiciones. Hay un terreno de preparación que, cuando es ignorado, nos hace volver a las querellas del tipo “no hay que ver tal cosa”, “hay que censurar”, “es un horror”, etc. Esa es la marca misma de una ignorancia perjudicial.

Raphaël Enthoven: usted habla de ignorancia perjudicial, pero hay que distinguir varios registros de la censura. Por ejemplo: imaginemos un mundo en el cual la lectura del Marqués de Sade está prohibida a los menores de 18 años, o más aún la lectura de Sigmund Freud, quien de alguna forma dice cosas peores que el Marqués de Sade. Imaginemos un universo en el que esas lecturas fuesen prohibidas, un universo así sería problemático, ¿pero acaso podemos considerar como la misma forma de censura cuando se prohíben fotografías pornográficas o simplemente el espectáculo extraordinariamente violento que constituyen adolescentes inyectándose heroína frente a la mirada complaciente de un fotógrafo?

Eric Mézil: Debo decir que usted se refiere a dos cosas completamente diferentes. Prohibir (lo cual me parece completamente inimaginable) Freud o Sade atentaría contra la esfera privada. Un adolescente no tendría el derecho de leer en su habitación un libro tal. Nosotros trabajamos […] en un espacio público. Tenemos otra mirada y otra responsabilidad […] Como yo he sido profesor en el pasado respeto mucho esa dimensión […] No veo cómo los ejemplos que menciona son comparables. Además, de Larry Clark existen catálogos, libros, Internet, todo para que quien quiera ver sus imágenes, las vea, ya sea adolescente o adulto […] Lo que le compete al organizador de la exposición es introducir las imágenes en una historia, en un contexto. […]

Raphaël Enthoven: tocamos aquí una de las preguntas más importantes acerca del arte contemporáneo, el cual constituye un término genérico dado que presume que sólo hay uno….

Eric Mézil: Sólo hay un arte moderno, que va de finales del siglo XIX hasta los años de 1945 o 1950 y luego hay el arte contemporáneo…

Raphaël Enthoven: para usted es un problema de fechas, entonces.

Eric Mézil: Por ahora sí… en el arte contemporáneo hay movimientos, grandes movimientos que se sucedieron en los años 50, 60, 70, pero es cierto que desde hace unos veinte años las cosas han cambiado, y felizmente, en parte debido a la mundialización. Si antes se pasó del arte minimalista al arte conceptual, al land art y luego al regreso a la pintura, hoy en día un artista puede hacer hermosas pinturas y otro trabajar en video, pero guardemos el nombre de arte contemporáneo como algo genérico y veo bien que algunas personas tratan de sugerir que existe un arte contemporáneo oficial que se opondría a otro tipo de arte que no sería “contemporáneo”. Pero ese no es el caso.

Raphaël Enthoven: el problema no es ese, sino que si el arte contemporáneo se define por fechas, eso quiere decir que un artista que hoy utilice la aproximación de un pintor del renacimiento también haría parte del arte contemporáneo.

Christian Ruby: Habría que aclarar una serie de suposiciones y mi respuesta acerca de la pregunta sobre el arte contemporáneo y la crisis del arte contemporáneo es un poco distinta. […] Yo diría tres cosas:
Primero: hay que cuestionar el sentido de la palabra “contemporáneo”.
Segundo: hay que cuestionar lo que llaman lo contemporáneo en arte.
Tercero: hay que cuestionar el término “arte contemporáneo”-
Sin ir muy lejos, quisiera precisar que el término “contemporáneo”, obviamente, si uno toma un diccionario significa “perteneciente al mismo tiempo”, cum tempus, etc. Pero para tomar un atajo quisiera decir: no porque en 1930 o 1935 yo sea contemporáneo de Hitler significa que esté de acuerdo con su política. Es decir que podemos desanudar un punto central de las querellas de hoy que se refiere a la relación entre el presente y lo contemporáneo.
En cuanto a lo contemporáneo en el arte, quiero decir que no existe ninguna esencia de lo contemporáneo en el arte. Lo contemporáneo no es ni un género, ni un estilo, sino cierto número de prácticas. Prácticas cuyas propiedades (he catalogado cuatro)... estas prácticas tienen la propiedad de instaurar un anacronismo del futuro en el presente, lo cual considero decisivo al hablar de lo contemporáneo. Segundo: nos obligan a distinguir entre lo vivo y lo actual... para decirlo sencillamente, todo el arte de hoy no es arte contemporáneo, así que nos vemos obligados a instaurar tensiones entre lo que vemos.Tercero: consiste en refutar los gestos autoritarios deducidos del pasado. Cuarto: desarrollar en general prácticas plurales y diseminadas. En los escritos filosóficos, es un uso que encontramos ya desde Rousseau, en la Ensoñación del paseante solitario, es un uso que también encontramos en Mallarmé, en Baudelaire en su querella con Wagner, etc… Me refiero a lo contemporáneo en el arte y no al “arte contemporáneo”.

Raphaël Enthoven: en resumen, para usted “contemporáneo” se refiere a una estrategia más que a un conjunto de obras que tendrían en común el hecho de pertenecer a una secuencia histórica.

Christian Ruby: Exactamente. Estrategias que sólo pueden tener lugar desde los inicios de la modernidad. Porque requieren de la idea de que más o menos se pueden cambiar las cosas, idea que no pertenece a un mundo medieval o a un mundo griego, pero estoy simplificando.

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