El siguiente texto es la traducción de una sección del libro Expanded Cinema de Gene Youngblood. En él, se discuten las circunstancias de estilización en el cine (aunque también se pueden extender estos criterios hacia otros medios audiovisuales) en función de sus propiedades fundamentales (algo así como la ontología de la imagen cinematográfica). El libro de Youngblood, publicado en 1970, es uno de los textos clásicos sobre cine experimental, pero es también un texto fundacional en cuanto al arte producido con computadoras, y es uno de los primero textos teóricos en considerar el video como arte. Decidí traducir y colgar esta sección, porque los criterios que Youngblood propone son un buen un punto de partida para enfrentarnos a las artes visuales basadas en el registo del tiempo o, citando a André Bazin (a quién el texto también responde), que parten de "la momificación del cambio".
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Mitopoieia: el final de la ficción
“Si lo que vemos representado realmente hubiese sido la verdad, propiamente creada frente a la cámara, la película dejaría de existir porque dejaría, de esta manera, de ser un mito”
André Bazin
En 1934, Erwin Panofsky escribió: “pre-estilizar la realidad, antes de enfrentarse a ella, equivale a evitar el problema. El problema es el de filmar y manipular realidad no estilizada de forma que el resultado tenga estilo”. El problema que preocupaba a Panofsky era el de cómo trabajar las dos cualidades únicas del cine, que no pueden encontrarse en ningún otro medio estético.
La primera es su capacidad de captar y preservar una imagen del tiempo. Lo cual funciona bien hasta que el cineasta decide comentar o interpretar los eventos que ha registrado. Así llegamos a la segunda propiedad exclusiva al cine, su elemento estético: la habilidad de post-estilizar la realidad natural. Para entender este concepto debemos examinar los tres propósitos generales para los cuales el cine ha sido empleado históricamente: la ficción, el documental y el cinéma-vérité.
La ficción cinemática debería ser entendida como realidad pre-estilizada o fabricada, la cual no existía antes de hacer la película. La única realidad verdadera que queda en la película terminada es la conciencia objetiva de la estilización misma. Esto quiere decir que una película de ficción teatral, basada en un guión, involucra una realidad pre-estilizada destilada y registrada a través de la personalidad del escritor, luego visualizada por el director, el equipo, y los actores, según ciertos esquemas. No sólo no se trata de la realidad objetiva, sino que no se trata siquiera de la realidad cohesiva, única, de la percepción de un artista.
Un documental también involucra una realidad pre-estilizada. El cineasta documentalista desplaza y reorganiza material no estilizado para lograr una forma narrativa que puede explicar dicha realidad al espectador. De esta forma, un documental no es una explicación de la realidad sino más bien la realidad de una explicación.
El cinéma verité, o el cine directo, está basado en el registro de una realidad no estilizada como esta existe en un momento particular frente a la cámara. El cineasta no debe nunca interferir y dirigir la acción o alterar de alguna forma los eventos que transcurren (por lo menos no más allá de las alteraciones inevitables causadas por su propia presencia). El rechazo, por parte del cineasta, de intervenir directamente en la realidad que tiene ante la cámara, y la estructura poco organizada que resulta de ello, acerca este tipo de cine a la verdad de la manera en la que los eventos se mueven en la realidad misma.
El cine sinestético corresponde a todos y a ninguno de estos tipos. No se trata de ficción porque, salvo en algunos casos, está basado enteramente en realidad no estilizada. No es documental porque la realidad no está organizada como una explicación de sí misma. Y no es cinéma-vérité porque el artista filma y manipula su realidad no estilizada de manera tal que el resultado tenga estilo.
Este proceso, que podemos describir como “post-estilización”, es logrado a través de los equivalentes cinemáticos de los cuatro estilos históricos del arte: el realismo, el surrealismo, el constructivismo y el expresionismo.
El realismo cinemático ya ha sido definido como el Cinéma-vérité, el registro y la preservación de una imagen de tiempo percibido a través de eventos no estilizados.
El constructivismo cinemático, como lo hemos discutido, es efectivamente el tema universal del cine sinestético: un comentario constructivista, un registro del proceso de su propia construcción.
El expresionismo cinemático involucra la alteración o distorsión deliberada de realidad no estilizada, ya sea durante la fotografía a través de lentes, filtros, luces, etc., o después de la fotografía con impresiones ópticas, pintura o rasgado de la película.
La post-estilización de realidad no estilizada resulta en una experiencia que no es “realista” pero tampoco es “ficción” como esta suele ser entendida, porque ninguno de los elementos es alterado o manufacturado antes de la filmación. En esencia, se crea un mito nacido de la yuxtaposición de las paradojas de la realidad. El Webster define al mito como una historia que “sirve para revelar parte de la visión del mundo de un pueblo o explicar una práctica, una creencia, o un fenómeno natural”. El fenómeno natural explicado por el cine sinestético es la conciencia del cineasta. Es un documental de la percepción del artista. Dado que no se trata de una realidad física, debe tratarse de una realidad metafísica, es decir, de un mito. Pero en la aproximación a esto intangible, el lenguaje del artista es realidad, no ficción. Lo que vemos en la pantalla no es una actuación. Cierto, es procesado a través del medio hasta dejar de ser realidad objetiva, pero sin embargo es real. Esto es la realidad mito-poiética. En cierto sentido deja a la ficción obsoleta.
Al principio de Alphaville, Jean-Luc Godard declara: “Hay momentos en los que la realidad se vuelve demasiado compleja para la comunicación. Pero la leyenda le da una forma con la cual impregna al mundo entero”. Ese es el rol legítimo de la ficción: establecer un marco que provee nuevas visiones de áreas del presente que sino serían inaccesibles. Pero la mayoría de las visiones inherentes a la ficción como simulación de la realidad objetiva, han sido ya absorbidas por la conciencia colectiva. La estructura del sistema es un índice del rendimiento que podemos esperar de tal estructura: la simulación de la realidad ha alcanzado su máximo rendimiento; ya no nos beneficia como lo hizo en el pasado.
Obviamente, los cineastas continuarán pre-estilizando la realidad; en cierto sentido, la naturaleza misma del arte es la de reorganizar el entorno para el provecho de la humanidad. Sin embargo, esta pre-estilización no estará tan claramente separada de la “realidad” como lo ha sido hasta ahora. Gracias a la tecnología, hemos llegado a un punto en el que podemos manipular la realidad misma para crear nuevas leyendas. Podría ser que alcancemos, fundamentalmente a través de este lenguaje, nuevas visiones muy importantes para la sociedad contemporánea.
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Mitopoieia: el final de la ficción
“Si lo que vemos representado realmente hubiese sido la verdad, propiamente creada frente a la cámara, la película dejaría de existir porque dejaría, de esta manera, de ser un mito”
André Bazin
En 1934, Erwin Panofsky escribió: “pre-estilizar la realidad, antes de enfrentarse a ella, equivale a evitar el problema. El problema es el de filmar y manipular realidad no estilizada de forma que el resultado tenga estilo”. El problema que preocupaba a Panofsky era el de cómo trabajar las dos cualidades únicas del cine, que no pueden encontrarse en ningún otro medio estético.
La primera es su capacidad de captar y preservar una imagen del tiempo. Lo cual funciona bien hasta que el cineasta decide comentar o interpretar los eventos que ha registrado. Así llegamos a la segunda propiedad exclusiva al cine, su elemento estético: la habilidad de post-estilizar la realidad natural. Para entender este concepto debemos examinar los tres propósitos generales para los cuales el cine ha sido empleado históricamente: la ficción, el documental y el cinéma-vérité.
La ficción cinemática debería ser entendida como realidad pre-estilizada o fabricada, la cual no existía antes de hacer la película. La única realidad verdadera que queda en la película terminada es la conciencia objetiva de la estilización misma. Esto quiere decir que una película de ficción teatral, basada en un guión, involucra una realidad pre-estilizada destilada y registrada a través de la personalidad del escritor, luego visualizada por el director, el equipo, y los actores, según ciertos esquemas. No sólo no se trata de la realidad objetiva, sino que no se trata siquiera de la realidad cohesiva, única, de la percepción de un artista.
Un documental también involucra una realidad pre-estilizada. El cineasta documentalista desplaza y reorganiza material no estilizado para lograr una forma narrativa que puede explicar dicha realidad al espectador. De esta forma, un documental no es una explicación de la realidad sino más bien la realidad de una explicación.
El cinéma verité, o el cine directo, está basado en el registro de una realidad no estilizada como esta existe en un momento particular frente a la cámara. El cineasta no debe nunca interferir y dirigir la acción o alterar de alguna forma los eventos que transcurren (por lo menos no más allá de las alteraciones inevitables causadas por su propia presencia). El rechazo, por parte del cineasta, de intervenir directamente en la realidad que tiene ante la cámara, y la estructura poco organizada que resulta de ello, acerca este tipo de cine a la verdad de la manera en la que los eventos se mueven en la realidad misma.
El cine sinestético corresponde a todos y a ninguno de estos tipos. No se trata de ficción porque, salvo en algunos casos, está basado enteramente en realidad no estilizada. No es documental porque la realidad no está organizada como una explicación de sí misma. Y no es cinéma-vérité porque el artista filma y manipula su realidad no estilizada de manera tal que el resultado tenga estilo.
Este proceso, que podemos describir como “post-estilización”, es logrado a través de los equivalentes cinemáticos de los cuatro estilos históricos del arte: el realismo, el surrealismo, el constructivismo y el expresionismo.
El realismo cinemático ya ha sido definido como el Cinéma-vérité, el registro y la preservación de una imagen de tiempo percibido a través de eventos no estilizados.
El constructivismo cinemático, como lo hemos discutido, es efectivamente el tema universal del cine sinestético: un comentario constructivista, un registro del proceso de su propia construcción.
El expresionismo cinemático involucra la alteración o distorsión deliberada de realidad no estilizada, ya sea durante la fotografía a través de lentes, filtros, luces, etc., o después de la fotografía con impresiones ópticas, pintura o rasgado de la película.
La post-estilización de realidad no estilizada resulta en una experiencia que no es “realista” pero tampoco es “ficción” como esta suele ser entendida, porque ninguno de los elementos es alterado o manufacturado antes de la filmación. En esencia, se crea un mito nacido de la yuxtaposición de las paradojas de la realidad. El Webster define al mito como una historia que “sirve para revelar parte de la visión del mundo de un pueblo o explicar una práctica, una creencia, o un fenómeno natural”. El fenómeno natural explicado por el cine sinestético es la conciencia del cineasta. Es un documental de la percepción del artista. Dado que no se trata de una realidad física, debe tratarse de una realidad metafísica, es decir, de un mito. Pero en la aproximación a esto intangible, el lenguaje del artista es realidad, no ficción. Lo que vemos en la pantalla no es una actuación. Cierto, es procesado a través del medio hasta dejar de ser realidad objetiva, pero sin embargo es real. Esto es la realidad mito-poiética. En cierto sentido deja a la ficción obsoleta.
Al principio de Alphaville, Jean-Luc Godard declara: “Hay momentos en los que la realidad se vuelve demasiado compleja para la comunicación. Pero la leyenda le da una forma con la cual impregna al mundo entero”. Ese es el rol legítimo de la ficción: establecer un marco que provee nuevas visiones de áreas del presente que sino serían inaccesibles. Pero la mayoría de las visiones inherentes a la ficción como simulación de la realidad objetiva, han sido ya absorbidas por la conciencia colectiva. La estructura del sistema es un índice del rendimiento que podemos esperar de tal estructura: la simulación de la realidad ha alcanzado su máximo rendimiento; ya no nos beneficia como lo hizo en el pasado.
Obviamente, los cineastas continuarán pre-estilizando la realidad; en cierto sentido, la naturaleza misma del arte es la de reorganizar el entorno para el provecho de la humanidad. Sin embargo, esta pre-estilización no estará tan claramente separada de la “realidad” como lo ha sido hasta ahora. Gracias a la tecnología, hemos llegado a un punto en el que podemos manipular la realidad misma para crear nuevas leyendas. Podría ser que alcancemos, fundamentalmente a través de este lenguaje, nuevas visiones muy importantes para la sociedad contemporánea.
Traducido a partir de:
Youngblood, Gene. Expanded Cinema. New York: P. Dutton & Co., Inc., 1970.
Versión en inglés disponible en PDF
2 comentarios:
¿algún ejemplo de cine sinestésico?
Lo que Gene Youngblood llama cine sinestético es explicado como "un arte de relaciones: las relaciones de la información conceptual y la información de diseño en la película misma de manera gráfica, y la relación entre la película y el espectador en el momento en el que la percepción humana (sensación y conceptualización) los junta".
No se trata de un género pero sí de una intención o forma de entender el cine. Youngblood da como ejemplos Dog Star Man de Stan Brakhage, Fuses de Carolee Schneemann y Wavelength de Michael Snow, entre otras películas. Seguro colgaré textos sobre estas películas en algún momento.
Creo que de manera simplista podría explicarse como un cine que intenta reproducir y afectar los estados de la consciencia. Reproduce una percepción particular (sensación y conceptualización) y al verla, reproducimos la experiencia perceptiva. Vemos como vio el cineasta, percibimos su percepción, compartimos su percepción "expandida" gracias al cine. Hay algo un poco sicodélico en la idea de cine sinestético.
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