Hacía dos meses que buscaba en mi casa y sin éxito, la recopilación de textos de Hollis Frampton publicada bajo el título de L’écliptique du savoir por el Centro Georges Pompidou y que consiste básicamente en traducciones al francés de los artículos incluidos en Circles of Confusion (aunque no todos los artículos coincidan en ambas publicaciones).
Compré este libro y lo leí hace varios años y recordaba una sección que me gustaba particularmente. Hoy, después de dos meses, recién ubiqué mi ejemplar. « Pentacle pour conjurer la narration » es una traducción de “A pentagram for conjuring the narrative”. No me había dado cuenta que justamente se trataba del capítulo de “Circles of confusion” disponible en pdf en la página web dedicada a la obra de Frampton. En mi recuerdo, se hablada de cómo algo podía mantenerse in absentia, a través del rastro de su energía desplazada.
Y así...
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Todo lo que es inevitable, no importa cuán arbitrario sean sus orígenes, adquiere a través de la costumbre algo como una masa gravitacional, y acumula a su alrededor un halo resonante de energía metafórica.
Me acuerdo de, cuando niño, una infinitud de fotografías de paisajes japoneses que incluían inevitablemente la imagen del Monte Fujiyama. Ingenuamente, yo atribuía esto a una reverencia local por la montaña sagrada. La rara o imaginaria excepción sufría misteriosamente, en el plano distante de su ilusión, por la ausencia de la masa – como si un enorme cono truncado de aire desplazado pudiera de alguna forma refractar la energía de la consciencia, tan ciertamente como la roca sólida reflejaba una luz más visible.
Más tarde, terminé por comprender que el Fujiyama es visible desde absolutamente todos los puntos de Japón, y que se alza desde todas las direcciones al mismo tiempo. En aquél país distante, cada acto de percepción debe incluir (debe así estar fusionado de forma inextricable con) el segmento de lo que le es contemporáneo, en una empresa del espíritu incomparablemente vasta y continua: la contemplación de la inevitable montaña.
Un patrón estable de energía había fijado granito y hielo en una forma inmutable más allá de toda conjetura o recuerdo humano; ese mismo patrón formó, a lo largo de mucho tiempo, las mentes físicas de sus observadores, así como las fuerzas magnéticas dibujan en las partículas del acero los contornos de una rosa. De manera que, eventualmente, todas las cosas habrían de ser pensadas según el número de cualidades que parecerían compartir con Fujiyama, la metáfora suprema.
Obviamente, los japoneses saben esto desde hace siglos. Hokusai, en un magnífico inventario de la manera en que la mente aprende a través del ojo, expone todo este compuesto de terror y humor: me refiero a las “Cien Vistas”. [...]
- Hollis Frampton. “A pentagram for conjuring the narrative”. Circles of Confusion. Visual Studies Workshop Press, 1983.
Hollis Frampton - Noctiluca
Compré este libro y lo leí hace varios años y recordaba una sección que me gustaba particularmente. Hoy, después de dos meses, recién ubiqué mi ejemplar. « Pentacle pour conjurer la narration » es una traducción de “A pentagram for conjuring the narrative”. No me había dado cuenta que justamente se trataba del capítulo de “Circles of confusion” disponible en pdf en la página web dedicada a la obra de Frampton. En mi recuerdo, se hablada de cómo algo podía mantenerse in absentia, a través del rastro de su energía desplazada.
Y así...
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II
Todo lo que es inevitable, no importa cuán arbitrario sean sus orígenes, adquiere a través de la costumbre algo como una masa gravitacional, y acumula a su alrededor un halo resonante de energía metafórica.
Me acuerdo de, cuando niño, una infinitud de fotografías de paisajes japoneses que incluían inevitablemente la imagen del Monte Fujiyama. Ingenuamente, yo atribuía esto a una reverencia local por la montaña sagrada. La rara o imaginaria excepción sufría misteriosamente, en el plano distante de su ilusión, por la ausencia de la masa – como si un enorme cono truncado de aire desplazado pudiera de alguna forma refractar la energía de la consciencia, tan ciertamente como la roca sólida reflejaba una luz más visible.
Más tarde, terminé por comprender que el Fujiyama es visible desde absolutamente todos los puntos de Japón, y que se alza desde todas las direcciones al mismo tiempo. En aquél país distante, cada acto de percepción debe incluir (debe así estar fusionado de forma inextricable con) el segmento de lo que le es contemporáneo, en una empresa del espíritu incomparablemente vasta y continua: la contemplación de la inevitable montaña.
Un patrón estable de energía había fijado granito y hielo en una forma inmutable más allá de toda conjetura o recuerdo humano; ese mismo patrón formó, a lo largo de mucho tiempo, las mentes físicas de sus observadores, así como las fuerzas magnéticas dibujan en las partículas del acero los contornos de una rosa. De manera que, eventualmente, todas las cosas habrían de ser pensadas según el número de cualidades que parecerían compartir con Fujiyama, la metáfora suprema.
Obviamente, los japoneses saben esto desde hace siglos. Hokusai, en un magnífico inventario de la manera en que la mente aprende a través del ojo, expone todo este compuesto de terror y humor: me refiero a las “Cien Vistas”. [...]
- Hollis Frampton. “A pentagram for conjuring the narrative”. Circles of Confusion. Visual Studies Workshop Press, 1983.
Hollis Frampton - Noctiluca
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